Al Madrid de Navas no le va bien jugando ante el Celta
- Marca
- 26 abr 2015
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Aún con la resaca europea y con la Juventus en mente, los blancos deben cambiar el chip lo más rápido posible para mantener la pugna por el título liguero con el Barcelona. Los de Ancelotti llegan a tierras gallegas sin margen de error. Sólo les vale la victoria en Balaídos, un territorio que se ha convertido en maldito para los blancos.
El coliseo celeste es uno de los pocos estadios en España que puede presumir de dominar los enfrentamientos con el Madrid. Allí se han jugado 48 encuentros ligueros y el Celta ha conseguido llevarse el triunfo en 23 ocasiones, el 48% de los partidos. Los madridistas únicamente vencieron en 15 ocasiones, mientras que los 10 choques restantes acabaron empatados.
Es cierto que la estadística se inclinó del lado celeste en el siglo pasado. La década de los 50, con seis victorias locales y dos visitantes, y la de los 90, con un balance de seis a uno para el Celta, resultaron determinantes. A pesar de ello, los blancos han mejorado considerablemente sus registros -seis triunfos y dos derrotas en el periodo 2002-2014- en las últimas temporadas.
El triunfo merengue es más necesario que nunca si quieren seguir presionando al Barça. Para lograrlo, los madridistas comparecen en tierras gallegas con la lección aprendida. El curso pasado perdieron las pocas opciones que les quedaban de luchar por la Liga cuando cayeron derrotados en su visita a Vigo. Al Madrid sólo le valen los tres puntos, por lo que esperan no cometer los mismos errores del pasado.
Hace 11 meses, los de Chamartín afrontaban el encuentro con el Celta en una situación muy parecida a la actual. Marchaban terceros en la tabla a cuatro puntos del líder, el Atlético. Necesitaban que tanto los rojiblancos como el Barcelona pincharan. Y así sucedió, ambos empataron esa jornada. Aunque los de Ancelotti tenían entre ceja y ceja la final de Lisboa.
Aquella tarde, la del 11 de mayo del 2014, el Celta derrotó al Madrid con dos goles de Charles. Carletto reservó a varios titulares -Cristiano, Benzema y Di María no viajaron-y planteó un equipo plagado de reservas -Bale, Carvajal y Casillas se quedaron en el banquillo-. Los blancos, faltos de ritmo y ganas, perdieron las opciones que les quedaban de pelar la Liga hasta el final.
En la mente de todos, técnicos, jugadores y aficionados, estaba la final de la Champions. La oportunidad de conseguir la tan ansiada Décima que finalmente terminó llegando. Motivo que podría explicar las excesivas rotaciones y la relajación de muchos jugadores blancos.
La historia se repite Ahora, el Madrid es segundo en la clasificación y conseguir los tres puntos se antoja capital para mantener la lucha con el Barcelona. Además, la Champions aparece de nuevo en los pensamientos de la parroquia madridista. Todos vislumbran las semifinales de la máxima competición europea frente a la Juventus que comienzan dentro de 10 días.
No son las únicas similitudes. El equipo blanco también llega sin varios de sus futbolistas más indispensables. Aunque esta vez será por lesión y no por decisión técnica. Bale, Benzema y Modric se han quedado en la capital de España recuperándose de sus lesiones, por lo que las rotaciones no están aseguradas como en 2014.
Las numerosas bajas y la Champions pueden hacer que el Real Madrid se despiste de nuevo en Balaídos. La historia se repite en un escenario maldito y con los mismos protagonistas.
Eso sí, los blancos esperan no tropezar dos veces con la misma piedra. Quieren conseguir una victoria con la mantener la pelea por el liderato con el Barça.

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